En Euskal Herria nos gusta mantener nuestras costumbres y una de ellas es cantar: nos gusta, y más si lo hacemos en grupo o cuadrilla. Y eso es lo que hacemos todos los años el 4 de febrero, víspera de Santa Águeda. Vestidos de baserritarras y con el bastón en la mano, nos adentramos en las calles de Agurain.
Es una celebración cristiana y pagana a la vez. Santa Águeda fue condenada a cortarse los pechos por rechazar al gobernador Quinciano.
Ella ahora es la guardiana de las mujeres, y se dice que tiene muchas facultades: evita incendios, ahuyenta malos espíritus y enfermedades del ganado, trae buena cosecha y cura migrañas y cefaleas.
Por ello en la ikastola también lo celebramos. Los más madrugadores fueron el alumnado de ESO, que salieron por la mañana. Luego por la tarde fue el turno de LH y HH. Los más txikis cantaron en el patio de la ikastola. Los de LH comenzaron pidiendo comida en el barrio de San Jorge y después se juntaron con el alumnado de la escuela Lope de Larrea. Para finalizar tuvieron una merienda en la plaza de Santa María. Los habitantes de Salvatierra son generosos. Muchos llegaron a dar y ofrecer chorizo y queso...
ESKERRIK ASKO!